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Un estudio cualitativo de las experiencias de académicos y estudiantes durante la pandemia de COVID-19, realizado en la Facultad de Odontología de la Universidad de los Andes, demostró que ambos no se esperaban que la pandemia durase tanto y que los efectos serían no sólo en el campo académico, sino que también en el ámbito personal.

En el caso de los docentes, estos reportaron sentirse cada vez más cansados, estresados e incluso irritables; las horas de trabajo han sido muchas más, implicando la necesidad de una mejor organización. No obstante, esto también ha facilitao el mejoramiento de las clases haciéndolas más interactivas y dinámicas, aprendiendo mucho más de la plataforma de enseñanza-aprendizaje electrónica CANVAS de la Universidad. Un docente planteó que “esta es una herramienta que debemos utilizar mucho más en la etapa post-pandemia”. Por otra parte, se echa bastante de menos el conversar y nutrirse con y de los alumnos, así como la parte práctica de la docencia que contribuye a fijar los conceptos teóricos en ellos. Otro factor importante es mantener a los alumnos activos durante las clases online y que no abandonen la conferencia; algo que es difícil de controlar; el uso de sistemas de encuestas en vivo ha servido muchísimo para esto.

Por otra parte, los alumnos platearon lo duro que ha sido para ellos la cuarentena estando todo el día en casa, especialmente para aquellos a quienes les gusta hacer deporte, afectando incluso el rendimiento académico en algunos casos. La exigencia ha sido intensa y demandante con bastantes horas frente al computador, aunque lo más importante ha sido la falta de práctica clínica. No obstante, una ventaja que los alumnos plantearon es la posibilidad de revisitar las clases al quedar estas grabadas en la plataforma, aunque otros expresaron que en clases vivo se aprende mejor especialmente en el estudio de casos. Ellos también echan de menos verse con sus compañeros pues fuera del círculo de amigos más cercanos, se distancian del resto del curso. Resaltan así mismo el gran aporte que han hecho los docentes poniendo todo de su parte para suplir la parte presencial, pero algunos relevan también la angustia e incertidumbre por la potencial exposición al virus en caso de reanudar el trabajo clínico, aunque otros quisieran regresar a completar el tratamiento de sus pacientes.